Imposturas frecuentes y cuestiones retóricas
Algunos escolios de Nicolás Gómez Dávila, uno de esos autores que ayuda de verdad a pensar mejor.
Sobre imposturas frecuentes:
—«El subconsciente fascina la mentalidad moderna.
Porque allí puede instalar sus tonterías preferidas como hipótesis irrefutables».
— «La percepción de la realidad, hoy, perece aplastada entre el trabajo moderno y las diversiones modernas».
— «No confundamos el pensamiento de la época moderna con el pensamiento en la época moderna.
Ni la literatura, ni el arte».
— «La más grave acusación contra el mundo moderno es su arquitectura».
— «Su nueva estupidez le permite a cada época burlarse de las estupideces precedentes».
— «Nadie desprecia tanto la tontería de ayer como el tonto de hoy».
— «El lector contemporáneo sonríe cuando el cronista medieval habla de “paladines romanos”, pero se queda serio cuando el marxista diserta sobre la “burguesía griega” o el “feudalismo americano”».
— «El que desenmascara con desdén las imposturas de otros tiempos se deja siempre engañar por las del suyo».
— «Lo que separa al fariseo clásico del fariseo moderno que hoy lo vilipendia no es que el nuevo confiese su miseria, sino que ni siquiera da las gracias».
— «Hablar de los muertos con superioridad de vivo es moda reciente».
— «La vulgaridad consiste, básicamente, en tutear a Platón o a Goethe».
Sobre cuestiones retóricas:
— «La coherencia de un discurso no prueba su verdad, sino su coherencia.
La verdad es suma de evidencias incoherentes».
— «El rango de nuestro adversario nos sitúa: ser vencedor o vencido es subalterno».
— «La retórica no gana sola las batallas, pero nadie gana batallas sin ella».
— «Hay argumentos que convencerían si vinieran insertos entre un tal vez y un quizás».
— «Las estupideces no mueren, pero es un deber desacreditarlas».
— «Cuidémonos de discrepar del que conoce mal un tema».
— «El fanático cree refutar una objeción declarándola trillada».
— «El demócrata defiende sus convicciones declarando obsoleto a quien lo impugna».
— «Para desarzonar a quien nos hostiga basta insinuarle que dice lo que dice porque es quien es.
La emboscada ideológica es ardid infalible.
Pero obviamente no es victoria en campo abierto».
— «No hay vileza igual a la del que se apoya en virtudes del adversario para vencerlo».
— «Declarar que una tesis es obviamente ideológica nos dice algo sobre su autor, pero nada sobre la tesis».
— «Para ridiculizar basta citar fuera de contexto».
— «La retórica de peor gusto es la del que renuncia a la trascendencia sin renunciar a su vocabulario».
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito (1977, 1986, 1992). Girona: Atalanta, 2010; 1407 pp.; prólogo de Franco Volpi; ISBN: 978–84–937247–7–1.