Un buen maestro

Luis Daniel González
2 min readNov 26, 2019

Ya que mañana es el día del maestro recuerdo unos comentarios de Claudio Magris cuando cuenta que un rabino judío, que no creía en el respeto del sábado, sin embargo indicó a uno de sus discípulos, que sí creía, que cumpliera lo prescrito:

«El maestro es tal porque, aun afirmando sus propias convicciones, no quiere imponérselas a su discípulo; no busca adeptos, no quiere formar copias de sí mismo, sino inteligencias independientes, capaces de ir por su camino. Es más, es un maestro sólo en cuanto que sabe entender cuál es el camino adecuado para su alumno y sabe ayudarle a encontrarlo y a recorrerlo, a no traicionar la esencia de su persona».

Un buen maestro, sigue Magris, no escarnece la ortodoxia codificada, «según la retórica de la transgresión tan cara a los espíritus banales, que creen afirmar su propia originalidad tirando desperdicios por la ventanilla sólo porque lo prohíbe un rótulo», sino que, al contrario «exhorta a su discípulo a observar el sábado que él, sin embargo, no reconoce». Un buen maestro sabe tratar a sus alumnos «sin altivez ni miramiento, corrigiéndoles y haciéndose corregir por ellos, sin buscar la falsa confianza que impide dicha relación».

Pero si «contar con auténticos maestros es una suerte extraordinaria, (…) también es un mérito, porque presupone la capacidad de saberles reconocer y saber aceptar su ayuda; no sólo dar, también recibir es un signo de libertad, y un hombre libre es quien sabe confesar su debilidad y coger la mano que se le ofrece».

Claudio Magris. «Maestros y alumnos», Utopía y desencanto — Historias, esperanzas e ilusiones de la modernidad (Utopia e disincanto. Storie, speranze, illusioni del moderno, 1999). Barcelona: Anagrama; 1999.

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Luis Daniel González

Escribo sobre libros, y especialmente sobre libros infantiles y juveniles, en www.bienvenidosalafiesta.com.